Erase una vez una niña que tenía
un vestido azul,
un corazón de oro
y era feliz, muy feliz.
Le encantaba las margaritas de
color naranja.
y le entusiasmaba ir con su mamá y sus tías a la playa.
Siempre llevaba hermosas diademas a la orilla del mar para apartar su cabello dorado del rostro.
Tenía un bello jardín delante de su casa
en el que que jugaba con su adorada matrioska hecha de patchwork.
En el jardín solía merendar con su mejor amigo, Peter, sobre la hierba, en un mantel a cuadros rojos y blancos
Le fascinaba leer libros de aventuras
en compañía de su gata Madamme y su gato Flyer.
¿Os comenté que vivía en Londres?
Besos...